Córdoba. Si, es Córdoba. Debajo de todas las lonas, mesas y puestos sigue siendo nuestra ciudad. Y es que, ante la falta de control Municipal la gente no tardó en encontrar nuevas formas de ganarse la vida. Las opiniones sobre el conflicto fueron encontradas.
El conflicto
El 2 de Junio el Intendente Giacomino volvió de su viaje de Italia y se puso al día con la agenda. El conflicto con el Suoem, el recorte de la planta política y el debate sobre el aumento de sueldo a los empleados Municipales encabezaron la lista de temas.
Las amenazas de Giacomino de descontar los días, suspender gente y reprimir no fueron oídas. El paro municipal se prolongó por dos semanas.
Mientras tanto, la peatonal se poblaba día a día con nuevos puestos ambulantes que entorpecían el paso y competían en forma desigual con los comerciantes habilitados de la zona.
Intereses contrapuestos
Habilitados
Los dueños de puestos ambulantes con habilitación se mostraron reacios a hacer declaraciones por miedo a las represalias. “Si pasa algo, a mi me rompen todo” dijo la dueña de un conocido puesto de flores que esta instalado en la peatonal cordobesa desde hace mas de 50 años.
Nos contó además, que las habilitaciones para la peatonal cuestan entre $50 y $60, pero que en este momento la Municipalidad no las esta autorizando.
Además, existen habilitaciones especiales para discapacitados. En este caso no se abona nada, pero el trámite suele ser engorroso.
El clima general es de descontento. Quienes pagan un arancel mensual y se ven obligados a hacer trámites encuentran injusto que ante el paro municipal se haga la vista gorda y cualquiera pueda vender en la peatonal.
Deshabilitados
Por otro lado, los encargados de los nuevos puestos dicen que ellos comprenden que la situación es irregular, pero los puestos son una fuente temporal de trabajo.
Con el levantamiento del paro y la perspectiva de perder su nueva fuente de ingreso, los ánimos estaban caldeados.
Locales
Mientras tanto, los comerciales de la zona también se vieron afectados. Los nuevos puestos ambulantes no pagan impuestos ni alquiler. Además, los artículos que se vendían en la calle, en muchos casos, eran los mismos que vendían los locales de la zona. Esto represento una disminución en sus ventas.
La gente
Las opiniones de los ciudadanos fueron encontradas. Estaban los que, ante el caos en el centro reclamaban que los municipales retomaran sus tareas y controlaran la situación en la peatonal.
Otros, en cambio se mostraban a favor de los “nuevos comerciantes”. Apoyaron el surgimiento de una nueva forma de trabajo. Después de todo, es una forma más de ganarse la vida. Y si encima esta nueva forma viene con un choripan a la salida del trabajo, la situación no podía ser tan mala.